¿Cómo es el tutor ideal?

 Hoy nos ha tocado reflexionar acerca de la figura del tutor, ya que no solamente nos estamos preparando para impartir una asignatura que, en mayor o menor medida, dominamos, sino que tendremos que ejercer de tutores de un grupo de alumnos.

Para tener una base de la que partir a elaborar las características deseables en el tutor ideal, os comparto la siguiente imagen:

Tras un pequeño debate, entre todos establecimos el decálogo del tutor ideal, que sería aquél docente con las siguientes características y cualidades:

• EMPATÍA: un buen tutor debe practicar la escucha activa y ser comprensivo, con el fin de que sus alumnos puedan confiar en el para abordar los problemas que se les pueda plantear.

• ILUSIÓN: entendemos que un docente debe sentir una enorme ilusión por lo que hace, así como ejercer en cierto modo de ilusionista con sus alumnos.

• ORGANIZADO: sus clases, materiales y contenidos deben tener un orden lógico, enfocado también con un sentido práctico.

• POLIVALENTE: capaz de de adoptar diferentes roles tanto dentro como fuera del aula.

• RESILIENTE: un término más de moda y actual que nunca, un gran tutor es aquel que se enfrenta y adapta a las diferentes circunstancias que le vengan.

• COMPROMISO: que un buen tutor debe estar comprometido es algo innegable, tanto con sus alumnos en particular como con las necesidades del grupo en su conjunto.

• IMPLICADO: ya que no solamente debe adquirir un compromiso, sino implicarse en llevarlo a buen término.

• CREATIVO: la adaptación a la diversidad de las realidades individuales de sus alumnos requiere de altas dosis de creatividad.

• HONESTO: tanto con sus alumnos como consigo mismo, aceptando las circunstancias, problemas y capacidades propias y del momento.

• RESISTENCIA: por último, todos estamos de acuerdo en que la tarea de tutor es muy exigente, tanto física como psicológicamente, por lo que creemos que esa figura ideal debería tener altas dosis de resistencia.

Y vosotros, ¿qué pensáis?

¡Os leo en comentarios!