¿Cómo fomentar la participación escolar (efectiva)?

 Actualmente la palabra "motivación" es un recurso ampliamente utilizado en prácticamente cualquier tema de conversación: hay que motivar a los alumnos, a los docentes, a los empleados de una empresa, a los integrantes de un equipo deportivo... Parece incluso en ocasiones que la motivación en sí puede suplir cualquier otra carencia que la actividad que se realice "no tan motivado" sufra, algo así como una panacea moderna.

No seré yo quien quite la importancia que tiene a la motivación, pues está claro que si no encuentras sentido o finalidad a lo que estás haciendo es difícil que des lo mejor de ti en ello, pero tampoco creo que sea la solución a absolutamente todo. Al menos de un modo tan teórico que llegue a solamente quedarse en el papel.

"¿Tus alumnos no trabajan o estudian correctamente? ¡Hay que motivarles!"

Hay quien dice eso y ya está, como que te ha dado la receta mágica, sin una explicación o forma de implementación más allá. Y creo que ahí está el error, en considerar que la motivación es algo en sí mismo, cuando a mi forma de entenderlo, la motivación es el resultado de un conjunto de acciones que hacen que la persona se sienta integrada, comprendida y valorada.

En la última clase se nos propuso pensar en una actividad en relación a la "Participación Escolar" con alguna propuesta innovadora para promover la motivación y el interés de alumnado, profesorado y/o padres y madres. Y es ahí donde vi clara la relación de esos conceptos: la motivación y el interés surgen inequívocamente de la participación.

Entonces me puse a pensar en mi etapa en el instituto (como alumna, claro está), y no me costó demasiado caer en la acción que el centro llevó a cabo y que más motivante me resultó. ¿Por qué? Porque fue la más participativa de todas, donde junto con mis compañeros, nos sentimos como verdaderos protagonistas y que nuestros problemas o intereses realmente eran relevantes.

¿Sabéis qué fue? Un curso de mediación

La Mediación Escolar es, como ha demostrado en los últimos años con multitud de estudios, la estrategia de mejora de la convivencia en el ámbito educativo de mayor poder transformador tanto de las personas como de las propias instituciones escolares, dentro de las múltiples que existen. Además, la gestión de la convivencia se vuelve participativa y cooperativa, y donde personas en conflicto deciden cuáles son las mejores soluciones ayudadas por los mediadores escolares. 

Se trata de un sistema que puede formar a los estudiantes, al profesorado y a las familias en habilidades específicas de comunicación, sociales y de inteligencia emocional para ayudar en la resolución de conflictos, y que crea “redes” dentro de los centros escolares que generan un clima de convivencia que ninguna otra estrategia consigue.

En mi caso concreto, mi instituto I.E.S. Parquesol dentro del plan de convivencia escolar, nos facilitó a un grupo reducido de alumnos (aproximadamente unos 5 alumnos por curso) un fin de semana de formación en unas instalaciones externas al centro, con personal cualificado y preparado para ello. En dicho curso nos formaron en técnicas de mediación entre iguales, las cuales pudimos poner en práctica durante el resto de ese curso y posteriores, ayudando a nuestros propios compañeros a resolver sus diferencias.

Viéndolo ahora con perspectiva y tiempo de por medio, considero que realmente sentir que estaba participando activamente en una actividad tan importante en mi instituto fue algo tremendamente motivante para mí, tanto a nivel personal como incluso académico.

¿Vosotros habéis tenido alguna experiencia parecida en vuestros institutos? ¿Se os ocurre alguna otra propuesta innovadora para promover la motivación y el interés de alumnado?

¡Os leo en comentarios!